domingo, 27 de septiembre de 2009

El puerperio o Cuarentena



Luego del parto, tu cuerpo y el de todas las madres debe pasar por una etapa lógica de reacomodo, de reconocimiento de las nuevas circunstancias biológicas sin el huésped que tuvo los últimos 9 meses.


Luego del parto, tu cuerpo y el de todas las madres debe pasar por una etapa lógica de reacomodo, de reconocimiento de las nuevas circunstancias biológicas sin el huésped que tuvo los últimos 9 meses. Considera algunos remedios y consejos.

Ha llegado tu bebé y en el posparto comenzarás a notar ciertos cambios en tu cuerpo al igual que pequeñas molestias a las que no estás habituada. Descuida . pues son temporales y la mayoría desaparecerán por si solas una vez haya transcurrido el llamado período de cuarentena. Mientras tanto, puedes tomar algunas medidas para evitarlas o al menos, atenuarlas.

El puerperio o cuarentena se divide en 3 fases:

Puerperio inmediato.- Se le llama a las primeras 24 horas después del parto. Tu bebé participará muy activamente en éste período, ya que al empezar a succionar tu pecho desde las primeras horas, hará que se libere una serie de sustancias benéficas para tu organismo, para que comience a volver a la normalidad.( la recuperación se acelera porque al amamantar, se estimula la producción de oxitocina, que es la hormona responsable de que el útero se contraiga)

Puerperio mediato.- En este período se incluyen las primeras 72 horas. Para ese entonces la lactancia ya debe haber iniciado de manera formal ( la subida de leche no es inmediata, puede demorarse unos días. Mientras, las mamas segregan calostro, líquido denso y amarillento que constituye el alimento idóneo para tu bebé). Tendrás un sangrado abundante y se te formará una costra placentaria que se caerá eventualmente. Es muy importante que no te fajes o vendes; seguro sentirás muy flácida la parte abdominal, pero deberás dejar que los músculos se reacondicionen por sí mismos.

Puerperio tardío.- Este comprende de las 72 primeras horas en adelante. Si tus heridas ya han comenzado a cicatrizar, podrás iniciar una rutina de ejercicios para fortalecer la región perineal. La costra placentaria tardará en caerse aproximadamente 15 días. Lo notarás porque una vez que tu sangrado haya empezado a disminuir, aumentará de forma repentina, y después comenzará a desaparecer. Aunque éstas pérdidas de sangre no te causen molestias, conviene que observes su color, olor y cantidad. Los primeros días serán de color rojo intenso y es normal expulsar algún coágulo, después adquirirán un color marrón y a la semana se volverán amarillentas o blanquecinas. Evita los tampones y cambia con frecuencia tu toalla sanitaria, para evitar infecciones.

Entuertos
Se le llama así a las contracciones del útero y son necesarias para que recupere su anterior tamaño, y pueden provocarte dolores similares a los de tu período. Suelen ser más intensas si ya diste a luz antes, porque la matriz está más dilatada y tarda más tiempo en volver a su tamaño original. Toma en consideración que duran dos o tres días, aunque pueden durar hasta una semana. Suelen aumentar, cuando tu bebé se alimenta, pues la lactancia estimula la liberación de la hormona oxitocina, la cual produce las contracciones. No hay remedios naturales para aliviarlas, pero la mayoría de las madres se sienten mejor al saber que es un proceso normal. El dolor tiene un componente psicológico y el miedo a que algo malo se esté desarrollando en tu cuerpo hace que las molestias aumenten. Si los entuertos se te presentan muy fuertes, tu médico te recetará algún analgésico que no interfiera en la leche ni en la recuperación de tu útero.

Depresión posparto
Cuando expulsas la placenta, el nivel de estrógenos y progesterona bajan con rapidez, por lo que tu estado de ánimo podrá cambiar abruptamente y propiciar tristeza y ansiedad. Asimismo algunas mamás, al tener sobre sus hombros la responsabilidad de cuidar a un ser tan pequeño e indefenso, se sienten abrumadas y decaídas. Habrá quienes manifiesten incomodidad ante el vacío que dejó el bebé en su vientre, es decir, extrañarán tenerlo en su interior. Estas actitudes, aunadas a ciertos síntomas psicológicos, pueden ser indicativas de la depresión posparto (DPP), como son la negación, rabia, cambios de humor, rechazo al bebé, problemas de sueño, ansiedad, pensamientos obsesivos, etc.
En los días que sigan al parto, es muy importante que te sientas arropada y que recibas ayuda de amigos y familiares, no tanto para atender a tu bebé, sino para limpiar tu casa, hacer la comida, lavar la ropa, pero sobre todo, es fundamental que cuentes con tu pareja para los cuidados del bebé. No tengas reparos a la hora de pedir ayuda. Ten paciencia, las cosas se irán viendo distintas al paso de los días, pero si aún así te sigues sintiendo muy triste, será mejor que consultes a tu médico.

Acude a tu médico si...

• Las pérdidas de sangre siguen siendo rojas y abundantes a la semana de haber dado a luz.

• Los loquios desprenden un olor fuerte.

Se podría tratar de una infección en la herida placentaria o en la incisión de
la cesárea.

• Si existe fuerte dolor en la episiotomía, si el malestar en intenso y dura varios días, se puede deber a una infección, inflamación o hematoma producido durante el parto.

• Si la temperatura aumenta. La fiebre se puede deber a que los puntos de la episiotomía, la cesárea o la herida en el útero se han infectado.

• El cansancio y la sensación de tristeza, persisten durante semanas. Puedes requerir tratamiento psicológico o deberse a problemas de tiroides.

jueves, 17 de septiembre de 2009

domingo, 13 de septiembre de 2009

Depresión durante el embarazo



¿El embarazo puede producirme depresión?

Para muchas mujeres el embarazo puede ser una etapa maravillosa mientras que para otras puede significar un período de angustia y depresión difícil de sobrellevar. Según las últimas investigaciones el 10% de las mujeres embarazadas sufren de depresión, especialmente entre las semanas 6 y 10 del embarazo y durante el tercer trimestre, cuando el cuerpo se prepara para el parto y el nacimiento del bebé.
Se estima que el 50% de las mujeres que sufren de depresión durante el embarazo desarrollarán depresión postparto, pero este número se reduce a menos del 2% si se efectúa un tratamiento psicoterapéutico adecuado durante este período.

¿Cuáles son los síntomas de depresión?

Puedes estar sufriendo de depresión si sufres cuatro o más de los siguientes síntomas:

• Tristeza persistente
• Cambios repentinos de humor
• Sentir que nada es divertido
• Falta de concentración
• Ansiedad
• Irritabilidad
• Problemas para dormir
• Cansancio extremo
• Deseos de comer en todo momento o no comer nada

¿Por qué se produce la depresión en el embarazo?

Pueden ser muchos los factores que causan la depresión en el embarazo. A continuación explicaremos cada uno de ellos:

• Las hormonas del embarazo

Las hormonas del embarazo pueden ser una de las causas, ya que los grandes cambios hormonales que se experimentan en esta etapa, pueden afectar directamente los niveles de los neurotransmisores, químicos del cerebro que regulan nuestro humor. Por otro lado, los cambios hormonales también pueden hacerte sentir más ansiosa de lo habitual y como la depresión debe ser tratada de igual manera durante el embarazo.

• Antecedentes personales o familiares de depresión

Si ya has sufrido de depresión o la depresión a afectado a algún miembro de tu familia, es más factible que sufras de depresión durante el embarazo.

• Problemas de pareja

Esta es una de las principales causas de depresión durante el embarazo. Si no te llevas bien con tu pareja y notas que tu relación es conflictiva, que ni siquiera puedes hablar claro con él te recomendamos que busques apoyo desde ahora. Muchas personas creen que una vez que el bebé nace, la relación mejorará y por el contrario aumentará las tensiones entre ustedes si no se busca la ayuda adecuada desde ahora.

• Complicaciones del embarazo

Los embarazos con complicaciones o de riesgo de interrupción, como así también los embarazos múltiples pueden ponerte al borde de la depresión. Los tratamientos que deben efectuarse y el reposo, combinados con el miedo que se siente por el futuro del bebé son las causas que la generan.

• Tratamientos de fertilidad

El estrés que se produce durante los tratamientos de fertilidad son la causa de depresión cuando finalmente se logra el embarazo, por los temores de perder al bebé en el transcurso del mismo.

• Pérdida de embarazos anteriores

Si has tenido interrupciones de embarazos con anterioridad seguramente te preguntarás sobre el destino del embarazo actual. El miedo que esto produce predispone a la depresión.

• Situaciones estresantes

La pérdida de un ser querido, los problemas laborales, las mudanzas u otra situación de estrés que hayas experimentado hace poco o estés atravesando pueden conducir directamente a la depresión.

¿Cómo puedo evitarla?

Lo primero que debes hacer es serenarte y tratar de no pensar demasiado en la llegada de tu bebé. Sólo disfruta de tu panza y tu tiempo libre, tratando de limitar el vuelo de ideas y ocupándote mucho de ti.
También es importante que charles mucho con tu pareja sobre tus miedos e inquietudes, dejando en claro lo que te sucede y acompañándose lo más que puedan. El podrá ayudarte y apoyarte siempre y cuando él note que tu confías en él.
Sin embargo a veces la relación con tu pareja no está bien y en estos casos te recomendamos que busques el apoyo de amigos u otras mujeres embarazadas a quien le puedas contar lo que te sucede. Es de mucha ayuda que frecuentes nuestros foros de discusión, allí encontrarás a un grupo de gente maravillosa que puede darte el apoyo que necesitas, ya que seguramente atravesaron tu misma situación y sabrán escucharte y comprenderte.

Relájate, recuerda que el estrés conduce directamente a la depresión. Si te sientes muy ansiosa te recomendamos que asistas a clases de yoga, meditación o natación.
Otro dato importante y que actualmente se está investigando es que la luz intensa matutina alivia los síntomas de depresión, por eso te recomendamos que no bien te levantes abras todas las persianas para que entre mucha luz a tu cuarto y si es un día nublado prende también las luces. Verás que día a día recuperarás tu alegría y optimismo.

¿Cuándo debo pedir ayuda profesional?

Si luego de haber intentado lo que mencionamos anteriormente continúas sintiéndote deprimida y has pasado más de dos semanas en ese estado, te recomendamos que busques la ayuda de un profesional. Pregúntale a tu obstetra que te recomiende un psicólogo o psiquiatra de confianza con quien puedas tener una entrevista. La depresión durante el embarazo no tratada a tiempo puede ser peligrosa porque conduce a la mujer a la falta de cuidado de sí misma y de su bebé.

sábado, 5 de septiembre de 2009

LA ALIMENTACIÓN DEL BEBE



Los expertos coinciden que los bebes no necesitan comida complementaria antes de los 6 meses.

El término "comida complementaria" se refiere a todo tipo de comida que no sea leche maternal o leche de formula y recién a esta edad, el bebe esta preparado para comenzar a comer otras comidas debido a las siguientes razones:


Produce suficiente saliva para ayudar al proceso digestivo, posee las enzimas necesarias para digerir la comida existe más maduración de los riñones, con lo cual se pueden digerir mejor las proteínas, el sistema inmune está más reforzado, existiendo menos riesgo de contraer alergias alimentarias, se puede sentar y tiene buen control de los músculos del cuello, por tanto mantener la cabeza erguida,
puede cerrar la boca para tomar el alimento de la cuchara y usar su lengua para empujarlo al fondo de su boca.

Es importante observar al bebe cuidadosamente y sólo darle comida complementaria cuando se encuentre preparado para poder comerla. Para la mayoría de los bebes esto ocurre a los 6 meses, pero existen bebes con mayor apetito que demandan más alimentos previo a cumplir sus 6 meses (más allá de aumentar en número de tomas de leche siguen insatisfechos y lloran aún después de cada toma). En este caso, es preferible limitar esa comida a algún cereal (sin gluten, ej: cereal de arroz), frutas y vegetales.


Debemos aclarar que cuando el bebe comienza con otros alimentos, debe continuar tomando leche (materna o de formula) como lo viene haciendo. Al menos debe seguir tomando como mínimo 750 ml (25 onzas) al día.

Así mismo, es importante ofrecer nuevos alimentos uno a la vez (sin mezclarlos en la misma comida) y elegir aquellos que ofrecen un buen aporte nutricional y que se complementa con su desarrollo.


Consejos para las primeras comidas

Deje que su bebe tome la leche primero (maternal o de formula). Espere unos minutos y luego comience con la comida.

Elija un horario donde el bebe esté de buen humor. Siéntelo en su sillita en un lugar tranquilo.

Alimente a su bebe con cuchara. No ponga la comida en el biberón (mamadera).

Introduzca un alimento por vez. Puede ocurrir que el bebe haga caras al comer ante el nuevo alimento pero eventualmente lo aceptará. Si el bebe rechaza cierto alimento luego de varios días, no insista. Vuelva a intentarlo 1 o 2 semanas más tarde.

Es posible que a su bebe, como todo el mundo, no le gusten ciertos sabores o texturas.

Espere al menos 3 días antes de incluir un nuevo alimento a la dieta de su bebe.

No se preocupe si su bebe come menos algún día o no le guste ciertos alimentos ya que el apetito del bebe varía al igual que los adultos de un día para el otro.

Preste atención a las señales que le manifiesta su bebe al comer. Un bebe que está con hambre está interesado en la comida que le ofrece.

No le limite las cantidades si ve que aún sigue con hambre. Contrariamente, si el bebe cierra la boca, se queja, le retira la cuchara, mueve su cabeza a un costado, llora o juega con su comida es porque ha comido lo suficiente y está satisfecho.

Una dieta vegetariana balanceada puede ser apropiada para su bebe, pero existe el riesgo de deficiencias nutricionales. Se recomienda en el caso de dar una alimentación de ese estilo a su bebe, que consulte con su médico pediatra o nutricionista.

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