lunes, 27 de abril de 2009

EL REFLUJO EN LOS BEBES, PARTE 1



Es tan común que un lactante regurgite después de comer que es considerado casi como algo normal. Algunos bebés lo hacen en forma habitual, otros no tanto. Algunos dejan escapar una pequeña porción de leche como si hubieran comido de más mientras otros presentan copiosos vómitos.

El bebé está recién bañado. Le acabamos de poner un impecable traje ,el nos hace saber que llegó la hora de comer. y al cabo de unos minutos de haberlo hecho, nos damos cuenta que el pulcro trajecito ha quedado bañado de leche regurgitada. Su mamá se dispone a cambiarle nuevamente la ropita.

En ocasiones las madres se ven más preocupadas por la cantidad de ropa que se acumula, que a la regurgitación en sí.

El problema está en discernir cuándo esta regurgitación es normal y cuándo no lo es: esto dependerá de la frecuencia y de la intensidad de las regurgitaciones, así como de los síntomas que éstas ocasionan. De acuerdo a estudios realizados, se estima que un 20% de los lactantes que presentan regurgitaciones tendría reflujo gastroesofágico anormal.

¿Qué es el reflujo?

En la parte inferior del esófago hay una parte más estrecha (llamada esfínter esofágico inferior). Este funciona como una especie de "válvula", que se abre para permitir el ingreso del alimento hacia el estómago, cerrándose luego para impedir la salida del contenido del mismo. Cuando esta "válvula" no funciona correctamente, tanto el alimento como parte de los jugos gástricos que existen en el estómago, suben por el esófago, pudiendo inclusive llegar a la boca.

En los lactantes es más notorio, ya que -como su nombre lo indica- están alimentados sólo con leche y, como todo líquido, tiende a "subir" más fácilmente que los sólidos.

El reflujo puede estar ocasionando:
* Por que la "válvula" (esfínter esofágico inferior) no funciona en la forma adecuada (60% de los casos).

* Por que el esófago no puede eliminar por completo el líquido regurgitado.

* Por un aumento de la cantidad de juegos gástricos.

El reflujo también puede deberse a una inmadurez del aparato digestivo del bebé, la que aproximadamente a los 6 meses de vida se corrige espontáneamente. Esto ocurre en la gran mayoría de los casos y es debido a que en este momento el bebé comienza con dietas más sólidas (ya no recibirá sólo líquidos), su esófago comienza a crecer y adquiere la habilidad de mantenerse en una posición más erguida (antes de los 6 meses pasa la mayor parte del tiempo acostado).

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