lunes, 25 de mayo de 2009

EL CORDÒN UMBILICAL

¿Qué es el cordón umbilical?

El cordón umbilical es el lazo de unión entre la mamá y el niño en el útero. Comunica el abdomen del recién nacido con la placenta que es el órgano encargado de la nutrición y depuración de los fluidos del bebé.



El cordón consta de dos arterias y una vena encargadas de llevar sangre oxigenada de la placenta al niño y de traer, desde el bebé, la sangre cargada de los productos nocivos que generó en su metabolismo. La placenta actúa como pulmón, hígado y riñón.

Una vez que el bebé nace, el cordón umbilical deja de ser indispensable. A escasos minutos del nacimiento, los médicos sujetan el cordón con una pinza cauterizante (pequeño gancho o amarre) y lo cortan cerca del ombligo del bebé. La función de esta pinza es detener la hemorragia de los vasos sanguíneos del cordón.



Así, se pone punto final a la comunicación que, de hecho, ya se había interrumpido al producirse el parto y expulsarse el bebé y la placenta. Una vez cortado, el extremo cercano al bebé permanece unido al ombligo y el muñón que queda se endurece para finalmente caer.











¿Cuánto tiempo tarda en caer el cordón umbilical?

Luego del parto, el pedazo de cordón umbilical que va adherido al bebé, en el momento del corte tiene un color blanquecino. Pasadas las primeras horas de vida, empieza el proceso normal de caída del cordón umbilical. Ésta se produce como consecuencia de un doble proceso de deshidratación (momificación) y putrefacción (dependiente de bacterias). El cordón se oscurece progresivamente y se seca ( sin embargo, el punto donde se junta con el abdomen sigue manteniendo una consistencia menos rígida), hasta caerse en 8- 21 días dependiendo del tipo de parto (más tardío en las cesáreas), el grosor del cordón y del antiséptico utilizado en el cuidado del cordón.

En ningún caso se debe estirar para acabar de desprenderlo, aunque esté sólo unido por una delgada tira de piel, el estirarlo puede favorecer una peligrosa hemorragia. Es posible que sangre un poco al desprenderse de forma natural, pero en ese caso, la hemorragia se detiene por sí sola inmediatamente.

La humedad excesiva, la infección y en definitiva, el mal cuidado, puede provocar un retraso en todo el proceso. Si el retraso es muy prolongado (varias semanas) debe pensarse en la posibilidad de un problema asociado (infecciones, problemas inmunológicos, etc.) o cuidados inadecuados.

Al caer el cordón deja una pequeña herida que cicatrizará en 3 a 5 días. El ombligo puede sangrar cuando cae el cordón (algunas pocas gotas de sangre roja). Esto no reviste ninguna importancia. Si tarda en cicatrizar se puede formar un pequeño bulto o granuloma.

Si el bebé ya tiene más de dos semanas de vida y su cordón umbilical aún no se ha caído, es necesario acudir con su pediatra para que lo revise y si es necesario investigue enfermedades que se relacionan a la caída tardía del cordón umbilical.

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¿Qué cuidados debo tener con el cordón umbilical de mi bebé?

Dentro de las primeras 48 horas de vida, el ombligo se coloniza con microorganismos del canal de parto y de las manos de los cuidadores, en un 99% de los casos. Los gérmenes más frecuentemente identificados son Staphylococcus aureus, Streptococcus beta hemolítico y Escherichia coli por lo que es necesario tener cuidado en la limpieza frecuente para evitar infecciones y complicaciones que podrían ser muy serias.

Debes tratar de mantener el área del ombligo seca y limpia de las deposiciones y de la orina de tu bebé. Mientras algunos pediatras sugieren secar sólo con una gasa o algodón o simplemente dejar secar al aire, otros aconsejan limpiar el cordón umbilical y su alrededor con un algodón con alcohol (o el antiséptico que te haya recomendado tu pediatra), tres veces al día o cada vez que haya estado en contacto con heces o con orina, aprovechando el cambio del pañal.
Lávate las manos.
Toma una gasa estéril por las 4 puntas, de forma que tus dedos no toquen la parte central de la gasa (que es la que se pondrá en contacto con el ombligo). Puedes usar también un hisopo.


Impregna la zona central de la gasa con alcohol de 70º o algún otro producto recomendado por tu médico (cuida que no escurra el alcohol porque podría irritar la piel de tu bebé)
Limpia la base del ombligo con un movimiento de rotación alrededor del mismo. No te preocupes si la gasa sale un poco manchada de sangre, es normal.


Con otra gasa estéril, limpia la parte distal del ombligo.
No cubras con gasa el ombligo, esto es para favorecer su desprendimiento. El cordón umbilical sufre un proceso de secado el cual es más rápido cuanto más contacto tenga con el aire.
Coloca el pañal doblado por debajo del cordón. Así evitarás que se moje con la orina y estará al aire.


Una vez desprendido el cordón, continúa la cura con alcohol de 70º, durante dos o tres días más, hasta que cicatrice.
Las curas se realizarán 3 veces al día y siempre que sea necesario, si se manchase con deposiciones u orina.
Cuando el cordón umbilical está por caer, notarás que está muy seco. Cada día lo verás más pequeño e irá alejándose del centro que, dentro de poco, será el ombligo de tu bebé. En un cambio de pañal, simplemente ya no estará ahí.

En este momento, la base del cordón se humedecerá y comenzarás a ver una secreción, la cual debes limpiar con un hisopo mojado con alcohol 70% por unos 3 días después de la caída, y presta especial cuidado en observar si la piel se enrojece, segrega secreciones verdosas, sangre o tiene mal olor, si sucediera esto, lleva a tu bebé al médico.



Como verás, el manejo del cordón umbilical es muy sencillo. El secreto está en mantenerlo seco, nadie mejor que tú como mamá puede manejarlo

Consejos:

Sigue siempre las indicaciones que te haya dado tu pediatra. Algunos recomiendan no bañar al bebé hasta que el cordón se haya desprendido, pero otros únicamente recomiendan limpiar y secar bien esa zona después del baño para evitar la proliferación de las bacterias, sobre todo en la base del cordón y después aplicar el alcohol y secar.

No debes tener miedo de que tu niño tenga dolor, ya que esta zona no tiene sensibilidad. Aunque tenga una apariencia un poco extraña, no hay que tener miedo de mover (siempre hazlo suavemente y sin tironear) el cordón umbilical del bebé cuando lo estés limpiando, es importante mantener la zona limpia y además al bebé no le causa ninguna molestia al moverlo.

No trates de apurar la caída del cordón ya que esto puede provocar que tu bebé sufra alguna infección o hemorragia.

Recuerda una vez más, que para que el cordón umbilical del bebé pueda desprenderse y caerse necesita estar lo más seco posible, por lo tanto si ésta área se encuentra constantemente húmeda, el cordón puede permanecer más tiempo del que se espera, el aplicar cremas, pomadas o ungüentos o vendajes de cualquier tipo que mantengan húmeda la región, retrasa la cicatrización y aumenta el riesgo de infecciones.

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¿Es necesario seguir con los cuidados después de la caída del cordón?

Una vez que el cordón umbilical se cae es posible que salgan unas cuantas gotitas de sangre o de una secreción como agua sangre que no representa ningún problema y sólo requiere secarse.

Tras la caída del cordón, el riesgo de infección persiste hasta que el ombligo no haya cicatrizado completamente, por lo que se debe seguir con los mismos cuidados y vigilancia hasta que la gasa que lo cubre aparezca limpia durante un par de días seguidos.

Cuando ya ha cicatrizado, el ombligo puede y debe lavarse con total normalidad; si se acumula suciedad en sus repliegues, se han de separar sin miedo para poder limpiarlos y secarlos bien.

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¿Cómo puedo saber si hay alguna complicación?

El cordón umbilical tiene un aroma característico, pero de ninguna manera debe oler mal, salirle pus o tener alguna secreción, esta área tampoco debe verse roja, sentirse caliente o estar distendida, porque estos podrían ser datos de una infección que se denomina onfalitis y debe ser tratada con antibióticos.

Muchas veces, después de que se cae el cordón, el ombligo puede permanecer rojo y tener una pequeña cantidad de secreciones. Por lo general esto no tiene importancia y se soluciona con la colocación de alcohol que seca y cicatriza la zona en pocos días.

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¿Cuándo debo llamar al médico?

Llama a tu pediatra si...

a las 3 semanas aún no se ha desprendido el cordón umbilical.
cuatro días después de caer, aún mancha la gasa.
Y llámalo inmediatamente si...

se observan secreciones amarillentas o malolientes. A veces el ombligo presenta una humedad o exudación o puede tener algo de pus en su superficie. La causa puede ser una infección incipiente. Es mejor consultar con tu pediatra.
La piel que rodea el ombligo se enrojece y parece doler.
Sangra de modo continuo. Es común que se observen unas gotas de sangre en el punto de separación que puede deberse al roce del pañal, pero si forma una mancha más grande, de unos 2 o 3 cm de diámetro o si no deja de sangrar después de 10 minutos de compresión, debes acudir a tu pediatra de inmediato.
Han pasado dos semanas y todavía no se ha caído el cordón.
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¿Cuáles son las complicaciones que pueden surgir?

INFECCIÓN DEL OMBLIGO (ONFALITIS): Aunque poco frecuentes, las infecciones del ombligo pueden diseminarse muy rápidamente en el recién nacido, por lo cual hay que consultar con rapidez si se observa pus o secreciones amarillentas y malolientes, o la piel de alrededor del ombligo se enrojece y parece doler al tocarla o manipular en la zona. Cuando la infección parece muy localizada en el ombligo, el tratamiento local puede ser suficiente. Si todo esto se acompaña de fiebre o decaimiento deberás llamar inmediatamente a tu pediatra pues lo habitual es que se precise de tratamiento antibiótico por vía intravenosa.

GRANULOMA UMBILICAL: El granuloma ocurre cuando ya se ha caído el cordón umbilical, la zona de donde proviene puede continuar algo húmeda y puede inflamarse ligeramente, apareciendo una protuberancia de un tejido de apariencia normal en el interior del ombligo en el hueco que queda al caerse el cordón umbilical.

HERNIA UMBILICAL: Se produce por un fallo o defecto en la pared del vientre (como un ojal) que permite la salida de una pequeña (o no tan pequeña) porción del intestino. Puede ser mínima (“punta de hernia”) o gigante (varios centímetros de diámetro y de prominencia o abultamiento). Se habla de Onfalocele si la hernia es grande y no está cubierta de piel sino de una fina capa transparente.

La mayoría de las hernias umbilicales se curan solas en el curso de los 2 ó 3 primeros años de vida. No te desesperes.

¿La utilización de ombligueros, vendas, apretadas, esparadrapos, consigue su curación? Pues NO, no se curan y ni siquiera aceleran o facilitan su curación. Por otra parte su uso no es inocuo: los esparadrapos (sean de tela, de papel o hipoalérgicos) acaban produciendo, inevitablemente, lesiones en la piel (erosiones y auténticos arrancamientos); las vendas apretadas facilitan el vómito al presionar sobre el vientre y le resultan incómodas.

¿Cuáles deben operarse y cuándo?: Las “gigantes” ( onfaloceles ) se operan pronto. Las que persisten después de los 2-3 años de edad se suelen operar a los 5 años o más tarde. Otra indicación sería que las hernias estuvieran relacionadas con otra enfermedad de base. En cualquier caso debe ser tu pediatra el que decida cuál debe operarse, cómo y cuándo.

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