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jueves, 13 de agosto de 2009

LOS GASES EN LOS BEBES



Durante los primeros meses de vida, casi todos los bebés sufren gases. Es uno de sus peores males. Los nervios hacen que aumenten, sobre todo cuando se alimentan, esto hace que sufran un episodio de llantos de hasta dos horas de duración.

Si nuestro bebé sufre exceso de gases, necesitamos conocer la causa, para ello debemos visitar al especialista. Hay modos de prevención para aliviar los gases del bebé. En las tomas es normal que trague aire, pero debemos procurar que sea el menos posible, para ello debemos darle el pecho o biberón tranquilamente, sin nervios y si no quiere, no forzarle.

Si toma biberón debemos procurar mantener el recipiente en posición vertical para que no entre aire en la tetina. Si toma el pecho, hay que asegurarse de que la tetina tenga el agujero del tamaño adecuado. Si fuera demasiado grande, saldría demasiada leche y el bebé podría atragantarse, y si es demasiado pequeña, tendrá que esforzarse más al succionar y tragará más aire.

Una vez que nuestro bebé ha terminado la toma, conviene que eructe y le debemos ayudar, pero hay que tener en cuenta, que si el bebé es propenso a los gases, debemos provocar el eructo en mitad de la toma y al finalizar.

A veces el eructo tarda en salir, pero no hay que insistir, en ocasiones no es necesario. Las mejores posturas para ayudar a nuestro bebé a eructar son: tumbado el bebé boca abajo, sobre nuestras piernas proporcionándoles suaves golpes en la espalda. También es efectivo sentarlo encima de nuestras piernas, ligeramente inclinado hacia delante, sujetándolo por su tórax y cuello con una mano y frotándole la espalda con la otra. También se le pueden dar ligeras palmaditas.

La manera más común de hacerlo es en brazos, apoyando al bebé sobre nuestro pecho, en posición vertical y su cabeza a la altura de nuestro hombro. Con unas suaves palmaditas en la espalda, el eructo saldrá.

En el caso de que nuestro bebé sufra gases, debemos intentar calmarle el dolor, ya que no existe medicamento que le podamos proporcionar, debemos utilizar estos remedios: unos masajes circulares en la tripa con las dos manos, en el sentido de las agujas del reloj y sin el pañal.

Cogerlo en brazos boca abajo con una mano en su tripa para darle calor y balancearlo despacito. Los movimientos rítmicos le aliviarán. En ocasiones funcionan algunas hierbas suaves en infusión, pero esto debemos consultarlo con el pediatra.

Mucha paciencia y no ponerse nervioso es lo primordial, nuestro bebé está sufriendo, pero somos nosotros los que tenemos que procurar calmarlo y conseguir su bienestar.

lunes, 10 de agosto de 2009

EL ERUCTO EN LOS BEBÉS



El eructo es la expulsión, por la boca, de los gases que el bebé acumula en el estómago si ha ingerido aire durante las tomas. Esta acción es mucho más frecuente en los bebés alimentados con biberón que en los que toman lactancia materna. En muchas ocasiones, esto es debido a que las tetinas tienen unos orificios que no son del todo adecuados para la correcta succión del bebé, favoreciendo la ingestión de aire constantemente.

No obstante, si el recién nacido se alimenta de leche materna, es más difícil que trague aire, aunque no se descarta si está mal agarrado al pezón o no tiene bien colocados los labios.

Es por lo comentado anteriormente, que debemos poner al bebé a eructar entre toma y toma para que expulse todo el aire que haya podido tragar; pues su alimentación se puede ver dificultada por la enfermedad por reflujo o regurgitaciones.

Nota: si el niño toma pecho, lo recomendable es ponerle a eructar al cambiar de mama, si toma leche de las dos; si sólo toma leche de una de ellas, calcularemos la mitad del tiempo que esté mamando.

Una idea que obtenemos de lo anotado, es que cada niño tiene su propio ritmo particular y, dependerá de sus hábitos alimenticios, que le propiciemos la expulsión de gases de una u otra manera.

Tenemos que tener en cuenta que los gases producen mucha inquietud en el bebé, es por ello por lo que debemos observarle para saber si requiere de nuestra ayuda. Recordemos que tienen que aprender a eructar, tal y como lo hacemos los adultos. Este acto se adquiere con el tiempo, pero al principio, incomodan bastante la quietud del recién nacido.

jueves, 30 de julio de 2009

LA LECHE MATERNA



La leche materna es la fuente perfecta de nutrición para los bebés, ya que contiene cantidades apropiadas de carbohidratos, proteínas y grasas. Igualmente, suministra enzimas digestivas, minerales, vitaminas y hormonas que requieren los bebés. La leche materna también contiene valiosos anticuerpos de la madre que pueden ayudar al bebé a resistir las infecciones.

Los bebés sanos tienen reservas adecuadas de hierro que duran hasta los 8 meses de edad, momento en el cual se pueden comenzar a suministrar alimentos ricos en este elemento. El pediatra o el nutricionista pueden recomendar un suplemento de fluoruro en las comunidades en donde el agua no es fluorada.

La leche de vaca, en sí misma, es inapropiada para bebés menores de 1 año y si se les suministra a temprana edad, pueden desarrollar una alergia a los productos lácteos. Aunque la leche de vaca contiene la mayoría de los componentes de la leche materna, estos componentes no se encuentran en las mismas cantidades. La leche de vaca también carece de factores inmunitarios (anticuerpos), que ayudan a proteger a los niños hasta que su propio sistema inmunitario se desarrolle completamente.

Las fórmulas preparadas comercialmente pueden estar basadas en leche de vaca sin grasa, proteína del suero o proteína de soya. Con el fin de suministrar una dieta balanceada al bebé, las fórmulas deben ser enriquecidas con carbohidratos, grasas, minerales y vitaminas. Sin embargo, los anticuerpos encontrados en la leche materna nunca pueden agregarse a las fórmulas.

PRODUCCIÓN DE LECHE MATERNA

La leche se produce en pequeñas glándulas parecidas a sacos en las mamas. Estos sacos se desarrollan después de que unas hormonas específicas (como estrógeno, progesterona, prolactina hipofisaria y lactógeno placentario) los estimulan, comenzando durante el segundo trimestre del embarazo.

La mama humana no almacena una gran cantidad de leche como lo hacen las vacas. La succión estimula la liberación de una hormona, llamada prolactina, que estimula la producción de leche y la liberación de otra hormona, llamada oxitocina. La oxitocina, a su vez, estimula la contracción de las glándulas mamarias (o el " reflejo de salida de la leche"), haciendo que la leche sea exprimida de la glándula mamaria hacia los conductos galactóforos y luego al pezón.

Al comienzo de la alimentación, la leche es azulosa y contiene lactosa y proteínas, pero poca grasa. Dicha leche se llama calostro. A la leche que se produce al final de la alimentación, se le llama postrera y es la principal fuente de energía para el bebé, ya que contiene más grasa. Si la leche materna se deja reposar por media hora después de ser extraída y separada, la "nata" queda por encima de la parte acuosa. Esto se debe a que la leche humana no es homogenizada, es decir el proceso que hace que el agua y la parte grasa de la leche permanezcan mezcladas.

REFLEJO DE SALIDA DE LA LECHE

Algunas madres tienen una sensación de hormigueo mientras la leche comienza a salir de la mama, debido al reflejo de eyección o salida de la leche. La mejor forma de verificar si este reflejo ha comenzado, es observando los patrones de respiración y de succión del bebé.

Al comenzar la alimentación, se notará un patrón como éste: succionar, succionar, succionar, tragar, succionar, succionar, succionar, tragar, que puede durar hasta 30 segundos, pero podría ser más largo. A medida que comienza a funcionar el reflejo de eyección de la leche, el patrón podría describirse como una acción de tragar; un sorbo; una respiración profunda; un sorbo; una respiración profunda. Este patrón puede durar entre 2 y 4 minutos.

El bebé puede querer alimentarse por más tiempo (quizás 15 ó 20 minutos) en esta mama, con el fin de obtener más grasa de la leche postrera o por saciar la necesidad de succionar. En lugar de observar el reloj para dejarlo amamantar 10 minutos en cada lado, se le debe permitir al bebé que se desprenda de la primera mama cuando él quiera, antes de cambiarse a la otra.

Recomendaciones Volver al comienzo

El suministro de leche se establece durante los primeros días y semanas después del nacimiento del bebé. El amamantamiento temprano (dentro de la primera media hora) y con frecuencia (a petición, o de 8 a 12 veces por día) permite que el proceso de alimentación sea cómodo y eficaz. Usualmente, al niño le toma menos de un minuto estimular el reflejo de eyección de leche. Si se amamanta adecuadamente, se debe sentir poca molestia o dolor.

Dentro de un período de 6 a 8 semanas, el suministro de leche se ajustará a las necesidades del bebé. Antes de ese tiempo, las mamas se pueden sentir o demasiado llenas o demasiado vacías. La alimentación frecuente y cómoda mantiene el suministro de leche que se incrementa o disminuye sobre la base del hambre que tenga el bebé y la succión enérgica (demanda o uso de leche). Las variaciones en el suministro de leche ocurren entre uno y tres días después de los cambios en la demanda o el uso de la leche.

MANEJO Y ALMACENAMIENTO DE LA LECHE

Cuando se almacene leche para su consumo en el hogar, se deben lavar las manos antes de extraerla (o bombearla) y usar recipientes que hayan sido bien lavados y enjuagados con agua caliente y jabón. Siempre hay que anotar la fecha de la leche antes de almacenarla.

La leche materna fresca puede mantenerse a temperatura ambiente hasta 8 horas y refrigerada hasta por 5 a 7 días. La leche congelada puede mantenerse en un compartimiento dentro del refrigerador durante 2 semanas; en un refrigerador/congelador de puerta separada hasta 3 a 4 meses o en un congelador profundo a una temperatura constante de 0º C durante 6 meses. La leche congelada y descongelada puede refrigerarse hasta por 9 horas, pero no se debe volver a congelar.

Los recipientes plásticos son los mejores para almacenar la leche materna. Para congelar, se deben usar pequeños recipientes (de 2 ó 3 onzas) con el fin de evitar la pérdida de porciones no usadas al final del día. La leche refrigerada y congelada debe calentarse bajo el chorro del agua caliente del grifo. Nunca se debe poner la leche materna en el horno microondas, porque el calor excesivo destruye nutrientes valiosos y las "gotas calientes" pueden quemar al bebé.

lunes, 25 de mayo de 2009

EL CORDÒN UMBILICAL

¿Qué es el cordón umbilical?

El cordón umbilical es el lazo de unión entre la mamá y el niño en el útero. Comunica el abdomen del recién nacido con la placenta que es el órgano encargado de la nutrición y depuración de los fluidos del bebé.



El cordón consta de dos arterias y una vena encargadas de llevar sangre oxigenada de la placenta al niño y de traer, desde el bebé, la sangre cargada de los productos nocivos que generó en su metabolismo. La placenta actúa como pulmón, hígado y riñón.

Una vez que el bebé nace, el cordón umbilical deja de ser indispensable. A escasos minutos del nacimiento, los médicos sujetan el cordón con una pinza cauterizante (pequeño gancho o amarre) y lo cortan cerca del ombligo del bebé. La función de esta pinza es detener la hemorragia de los vasos sanguíneos del cordón.



Así, se pone punto final a la comunicación que, de hecho, ya se había interrumpido al producirse el parto y expulsarse el bebé y la placenta. Una vez cortado, el extremo cercano al bebé permanece unido al ombligo y el muñón que queda se endurece para finalmente caer.











¿Cuánto tiempo tarda en caer el cordón umbilical?

Luego del parto, el pedazo de cordón umbilical que va adherido al bebé, en el momento del corte tiene un color blanquecino. Pasadas las primeras horas de vida, empieza el proceso normal de caída del cordón umbilical. Ésta se produce como consecuencia de un doble proceso de deshidratación (momificación) y putrefacción (dependiente de bacterias). El cordón se oscurece progresivamente y se seca ( sin embargo, el punto donde se junta con el abdomen sigue manteniendo una consistencia menos rígida), hasta caerse en 8- 21 días dependiendo del tipo de parto (más tardío en las cesáreas), el grosor del cordón y del antiséptico utilizado en el cuidado del cordón.

En ningún caso se debe estirar para acabar de desprenderlo, aunque esté sólo unido por una delgada tira de piel, el estirarlo puede favorecer una peligrosa hemorragia. Es posible que sangre un poco al desprenderse de forma natural, pero en ese caso, la hemorragia se detiene por sí sola inmediatamente.

La humedad excesiva, la infección y en definitiva, el mal cuidado, puede provocar un retraso en todo el proceso. Si el retraso es muy prolongado (varias semanas) debe pensarse en la posibilidad de un problema asociado (infecciones, problemas inmunológicos, etc.) o cuidados inadecuados.

Al caer el cordón deja una pequeña herida que cicatrizará en 3 a 5 días. El ombligo puede sangrar cuando cae el cordón (algunas pocas gotas de sangre roja). Esto no reviste ninguna importancia. Si tarda en cicatrizar se puede formar un pequeño bulto o granuloma.

Si el bebé ya tiene más de dos semanas de vida y su cordón umbilical aún no se ha caído, es necesario acudir con su pediatra para que lo revise y si es necesario investigue enfermedades que se relacionan a la caída tardía del cordón umbilical.

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¿Qué cuidados debo tener con el cordón umbilical de mi bebé?

Dentro de las primeras 48 horas de vida, el ombligo se coloniza con microorganismos del canal de parto y de las manos de los cuidadores, en un 99% de los casos. Los gérmenes más frecuentemente identificados son Staphylococcus aureus, Streptococcus beta hemolítico y Escherichia coli por lo que es necesario tener cuidado en la limpieza frecuente para evitar infecciones y complicaciones que podrían ser muy serias.

Debes tratar de mantener el área del ombligo seca y limpia de las deposiciones y de la orina de tu bebé. Mientras algunos pediatras sugieren secar sólo con una gasa o algodón o simplemente dejar secar al aire, otros aconsejan limpiar el cordón umbilical y su alrededor con un algodón con alcohol (o el antiséptico que te haya recomendado tu pediatra), tres veces al día o cada vez que haya estado en contacto con heces o con orina, aprovechando el cambio del pañal.
Lávate las manos.
Toma una gasa estéril por las 4 puntas, de forma que tus dedos no toquen la parte central de la gasa (que es la que se pondrá en contacto con el ombligo). Puedes usar también un hisopo.


Impregna la zona central de la gasa con alcohol de 70º o algún otro producto recomendado por tu médico (cuida que no escurra el alcohol porque podría irritar la piel de tu bebé)
Limpia la base del ombligo con un movimiento de rotación alrededor del mismo. No te preocupes si la gasa sale un poco manchada de sangre, es normal.


Con otra gasa estéril, limpia la parte distal del ombligo.
No cubras con gasa el ombligo, esto es para favorecer su desprendimiento. El cordón umbilical sufre un proceso de secado el cual es más rápido cuanto más contacto tenga con el aire.
Coloca el pañal doblado por debajo del cordón. Así evitarás que se moje con la orina y estará al aire.


Una vez desprendido el cordón, continúa la cura con alcohol de 70º, durante dos o tres días más, hasta que cicatrice.
Las curas se realizarán 3 veces al día y siempre que sea necesario, si se manchase con deposiciones u orina.
Cuando el cordón umbilical está por caer, notarás que está muy seco. Cada día lo verás más pequeño e irá alejándose del centro que, dentro de poco, será el ombligo de tu bebé. En un cambio de pañal, simplemente ya no estará ahí.

En este momento, la base del cordón se humedecerá y comenzarás a ver una secreción, la cual debes limpiar con un hisopo mojado con alcohol 70% por unos 3 días después de la caída, y presta especial cuidado en observar si la piel se enrojece, segrega secreciones verdosas, sangre o tiene mal olor, si sucediera esto, lleva a tu bebé al médico.



Como verás, el manejo del cordón umbilical es muy sencillo. El secreto está en mantenerlo seco, nadie mejor que tú como mamá puede manejarlo

Consejos:

Sigue siempre las indicaciones que te haya dado tu pediatra. Algunos recomiendan no bañar al bebé hasta que el cordón se haya desprendido, pero otros únicamente recomiendan limpiar y secar bien esa zona después del baño para evitar la proliferación de las bacterias, sobre todo en la base del cordón y después aplicar el alcohol y secar.

No debes tener miedo de que tu niño tenga dolor, ya que esta zona no tiene sensibilidad. Aunque tenga una apariencia un poco extraña, no hay que tener miedo de mover (siempre hazlo suavemente y sin tironear) el cordón umbilical del bebé cuando lo estés limpiando, es importante mantener la zona limpia y además al bebé no le causa ninguna molestia al moverlo.

No trates de apurar la caída del cordón ya que esto puede provocar que tu bebé sufra alguna infección o hemorragia.

Recuerda una vez más, que para que el cordón umbilical del bebé pueda desprenderse y caerse necesita estar lo más seco posible, por lo tanto si ésta área se encuentra constantemente húmeda, el cordón puede permanecer más tiempo del que se espera, el aplicar cremas, pomadas o ungüentos o vendajes de cualquier tipo que mantengan húmeda la región, retrasa la cicatrización y aumenta el riesgo de infecciones.

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¿Es necesario seguir con los cuidados después de la caída del cordón?

Una vez que el cordón umbilical se cae es posible que salgan unas cuantas gotitas de sangre o de una secreción como agua sangre que no representa ningún problema y sólo requiere secarse.

Tras la caída del cordón, el riesgo de infección persiste hasta que el ombligo no haya cicatrizado completamente, por lo que se debe seguir con los mismos cuidados y vigilancia hasta que la gasa que lo cubre aparezca limpia durante un par de días seguidos.

Cuando ya ha cicatrizado, el ombligo puede y debe lavarse con total normalidad; si se acumula suciedad en sus repliegues, se han de separar sin miedo para poder limpiarlos y secarlos bien.

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¿Cómo puedo saber si hay alguna complicación?

El cordón umbilical tiene un aroma característico, pero de ninguna manera debe oler mal, salirle pus o tener alguna secreción, esta área tampoco debe verse roja, sentirse caliente o estar distendida, porque estos podrían ser datos de una infección que se denomina onfalitis y debe ser tratada con antibióticos.

Muchas veces, después de que se cae el cordón, el ombligo puede permanecer rojo y tener una pequeña cantidad de secreciones. Por lo general esto no tiene importancia y se soluciona con la colocación de alcohol que seca y cicatriza la zona en pocos días.

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¿Cuándo debo llamar al médico?

Llama a tu pediatra si...

a las 3 semanas aún no se ha desprendido el cordón umbilical.
cuatro días después de caer, aún mancha la gasa.
Y llámalo inmediatamente si...

se observan secreciones amarillentas o malolientes. A veces el ombligo presenta una humedad o exudación o puede tener algo de pus en su superficie. La causa puede ser una infección incipiente. Es mejor consultar con tu pediatra.
La piel que rodea el ombligo se enrojece y parece doler.
Sangra de modo continuo. Es común que se observen unas gotas de sangre en el punto de separación que puede deberse al roce del pañal, pero si forma una mancha más grande, de unos 2 o 3 cm de diámetro o si no deja de sangrar después de 10 minutos de compresión, debes acudir a tu pediatra de inmediato.
Han pasado dos semanas y todavía no se ha caído el cordón.
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¿Cuáles son las complicaciones que pueden surgir?

INFECCIÓN DEL OMBLIGO (ONFALITIS): Aunque poco frecuentes, las infecciones del ombligo pueden diseminarse muy rápidamente en el recién nacido, por lo cual hay que consultar con rapidez si se observa pus o secreciones amarillentas y malolientes, o la piel de alrededor del ombligo se enrojece y parece doler al tocarla o manipular en la zona. Cuando la infección parece muy localizada en el ombligo, el tratamiento local puede ser suficiente. Si todo esto se acompaña de fiebre o decaimiento deberás llamar inmediatamente a tu pediatra pues lo habitual es que se precise de tratamiento antibiótico por vía intravenosa.

GRANULOMA UMBILICAL: El granuloma ocurre cuando ya se ha caído el cordón umbilical, la zona de donde proviene puede continuar algo húmeda y puede inflamarse ligeramente, apareciendo una protuberancia de un tejido de apariencia normal en el interior del ombligo en el hueco que queda al caerse el cordón umbilical.

HERNIA UMBILICAL: Se produce por un fallo o defecto en la pared del vientre (como un ojal) que permite la salida de una pequeña (o no tan pequeña) porción del intestino. Puede ser mínima (“punta de hernia”) o gigante (varios centímetros de diámetro y de prominencia o abultamiento). Se habla de Onfalocele si la hernia es grande y no está cubierta de piel sino de una fina capa transparente.

La mayoría de las hernias umbilicales se curan solas en el curso de los 2 ó 3 primeros años de vida. No te desesperes.

¿La utilización de ombligueros, vendas, apretadas, esparadrapos, consigue su curación? Pues NO, no se curan y ni siquiera aceleran o facilitan su curación. Por otra parte su uso no es inocuo: los esparadrapos (sean de tela, de papel o hipoalérgicos) acaban produciendo, inevitablemente, lesiones en la piel (erosiones y auténticos arrancamientos); las vendas apretadas facilitan el vómito al presionar sobre el vientre y le resultan incómodas.

¿Cuáles deben operarse y cuándo?: Las “gigantes” ( onfaloceles ) se operan pronto. Las que persisten después de los 2-3 años de edad se suelen operar a los 5 años o más tarde. Otra indicación sería que las hernias estuvieran relacionadas con otra enfermedad de base. En cualquier caso debe ser tu pediatra el que decida cuál debe operarse, cómo y cuándo.

viernes, 15 de mayo de 2009

100 consejos para tu bebé, parte IV



61.- Si no le deja succionar, buscara un sustituto
Hasta los ocho meses los bebés necesitan succionar. Si se le priva al niño del chupón, él no dudará en el dedo, su peluche, la punta de la sabana o cualquier objeto que encuentre a su alcance.

62.- Hasta cuándo es normal que dependa del Chupón
Es necesario que los padres aprendan a respetar no sólo las necesidades de su hijo, sino también sus mecanismos de defensa y su placer. Si el desarrollo psíquico del niño es normal, poco a poco su deseo de chupar o succionar declinará espontáneamente, más o menos pasados los dos años de edad.

63.- Si el hábito de chupar persiste
Y lo hace más allá de los cuatro años debe consultar con el pediatra, para evite malformaciones en el paladar.

64.- En su hijo no debe exagerar
Se sabe que los bebés son muy receptivos a la estimulación y al aprendizaje. Pero acosar a los niños con dosis de estímulo superiores a las que pueden soportar inhibe su progreso.

65.- Al bebé no le gustan los estímulos excesivos
No es aconsejable bombardearles con colores chillones, dibujos estridentes, o un exceso de objetos, música, o conversación; ni obligarles a repetir, más adelante, su repertorio de "gracias": palmitas, godeos, cinco lobitos, etc... ante la menor oportunidad.

66.- No convierta a tu pequeño en el centro de atención
Si lo hace, reaccionará volviéndose introvertido o simplemente convirtiéndose en un "pesado" prematuro.

67.- Cólicos del primer trimestre
A pesar de alimentarse bien y desarrollarse con normalidad, durante los primeros meses de vida muchos bebés pueden padecer dolores de abdomen producidos por la acumulación de gases o espasmos intestinales, que suelen repetirse a diario, a primeras horas de la noche o de la mañana. El niño no para de llorar con estruendo, apretando sus puños, frunciendo el ceño y flexionando las piernas sobre su abdomen abultado.

68.- Lo mejor es mecer al bebé
En los brazos, en el cochecito o en la cuna porque pone en movimiento los" huesecillos" del oído, fenómeno que desencadena un mecanismo reflejo por el cual el intestino se relaja, con el consiguiente alivio.

69.- ¿Sabe distinguir su llanto?
El llanto infantil tiene un valor inestimable. Es la forma más precoz de comunicación del niño con el ambiente y por sus características, tono e intensidad podemos detectar, incluso, lo que le pasa a nuestro bebé.

70.- Si se despierta a medianoche
Tómelo en brazos con tranquilidad, cálmale y vuelve a acostarle sin decirle nada para que no se espabile del todo. Y no le des agua: si lo haces se acostumbrará y cada noche estarás igual.

71.- Cuando llora desconsoladamente
No se alarmes y asegúrese de que ha expulsado el aire, tiene el pañal seco, y no siente hambre, ni frío ni calor.

72.- Si sus llantos le sacan de quicio
Intenta relajarse. Otro remedio eficaz es salir de la habitación, respirar 10 veces muy despacio y expresar lo que sientes en voz alta sin reprimirte.

73.- Arrópele y cálmele
Hacerlo con una prenda ligera y con una melodía suave de fondo.

74.- Es posible que tenga hambre
Si empieza a llorar un cuarto de hora, más o menos, antes de las toma. Cuando la comida les resulta escasa, protestarán mucho antes.

75.- Puede que le duela la "guata"
El llanto sobreviene por accesos y se caracteriza por gritos desgarradores continuos o gemidos persistentes, imposibles de calmar. Si van acompañados de mala carita, palidez o falta de apetito, se debe acudir enseguida al pediatra.

76.- Que pasa si, además de llorar, vomita
Si el llanto se transforma en un quejido y se acompaña de vómitos, fiebre e irritabilidad al tocarle, puede indicar alguna enfermedad más grave. Conviene llevarle rápidamente al pediatra.

77.- Lloriqueos continuos e intermitentes
Son un indicio asociado muchas veces a la soledad del lactante, que demanda cariño.

78.- Hogar, dulce hogar
Para que su hijo crezca sano y feliz, el clima hogareño deberá ser afectuoso y saludable. Además, el niño necesita de un espacio propio, para que pueda desarrollar su personalidad.

79.- Elige colores suaves...
Su habitación debe estar decorada con colores suaves, ventilada, limpia y exenta de ruidos irritantes.


80.- ... y una buena iluminación
Es conveniente que tenga sol de día y una iluminación suave durante la noche. Los niños no deben ser relegados a la habitación más pequeña y oscura de la casa.

lunes, 11 de mayo de 2009

EL ESTREÑIMIENTO EN BEBES



El estreñimiento se define como un trastorno de la defecación en que ésta se hace difícil, poco frecuente y con expulsión de heces duras y escasas; pero estos tres criterios no siempre van unidos y, además, los adjetivos "difíci" y "poco" son relativos. Por eso es normal que haya cierta confusión al respecto, que no tiene mayor importancia siempre que no comporte la aplicación de remedios inadecuados o innecesarios.

Dificultad para evacuar

La coordinación entre los movimientos del intestino y la relajación del esfínter del ano no es muy eficiente en los bebés, que a menudo deben efectuar bastante esfuerzo para lograr evacuar y es normal que levanten las piernas y se pongan rojos de tanto empujar. Pero si la deposición que finalmente logran eliminar es de consistencia normal (y muy a menudo es incluso blanda), no puede decirse que tengan estreñimiento; por tanto, no se les debe dar zumo ni nada para reblandecer unas heces que no lo necesitan.

En cambio, es útil flexionarles las piernas sobre el abdomen cuando están haciendo fuerza o, mejor todavía, darles un punto de apoyo, porque defecar acostado es muy difícil; mientras que si se sostiene al niño de modo que pueda apoyar y empujar con sus pies, como si estuviera en cuclillas (que es la posición más natural para evacuar), la presión que hace con su abdomen será mucho más eficaz.

El remedio más socorrido para facilitarles la tarea es introducirles la punta del termómetro o de un supositorio de glicerina en el ano, pero dilatárselo así no les ayuda a aprender a hacerlo por sí solos; en cualquier caso, es mejor no abusar de este método en cualquiera de sus variantes (ramita de perejil, cabo de cerilla impregnado en aceite...)

Deposiciones frecuentes

Durante los primeros meses, la frecuencia de las deposiciones depende básicamente del tipo de alimentación del bebé, pero también de su edad y de su propia naturaleza.

Con la lactancia materna, lo más normal al principio es que ensucien los pañales casi cada vez que comen, aunque algunos, en vez de seis o siete pequeñas deposiciones, hacen una o dos más abundantes. Luego se va reduciendo la frecuencia y es muy normal que alrededor del mes y medio sólo evacuen una o dos veces al día. Pero también los hay que pueden pasarse hasta tres o cuatro días sin defecar, y si se les ve tranquilos y luego eliminan sin mayor dificultad unas heces de consistencia normal, tampoco debe hacerse nada.

Pero cuando las deposiciones escasean durante los primeros días, conviene asegurarse de que estén mamando bien, porque si no comen, eno es que se estriñan sino que no tienen nada que evacuar. A partir del tercer día de vida y hasta que la lactancia materna no esté bien asentada, evacuar menos de tres veces diarias es muy frecuentemente un signo de insuficiente alimentación.

Con lactancia artificial, ya desde los primeros días las heces son menos frecuentes, por lo que es raro que el niño defeque más de dos veces diarias y muy común que pase más de uno o dos días sin hacer nada. Mientras luego las heces no sean muy duras y el bebé sufra para eliminarlas, tampoco hay motivo para intervenir de ningún modo.

Heces duras

El auténtico estreñimiento en el bebé es siempre merecedor de una pronta atención por parte del pediatra, porque además de ser el síntoma de un problema que puede ser importante, tiene tendencia a hacerse crónico y complicarse. En efecto, cuanto más tiempo permanecen almacenadas las heces en el colon, más secas y duras se vuelven, con lo que su posterior eliminación es más difícil y dolorosa. Esto hace que el niño trate de defecar lo menos posible y que retenga cada vez más tiempo una mayor cantidad de heces en su intestino, que al secarse y volverse más duras aún, cierran un círculo vicioso. Cuando el bebé no tiene más remedio, evacua entre gritos una gran bola de heces que, sin embargo, es sólo una parte de lo que acumula en el colon; pero dado su tamaño y su dureza, a menudo llega a desgarrar la mucosa del ano, causando una dolorosa fisura anal, que además de manchar las heces de sangre, no hará sino aumentar el problema.


Una de las primeras cosas que se suele probar para aliviar el estreñimiento de un niño criado con biberones es ofrecerle un poco de agua extra, tratando de evitar que su organismo necesite absorber toda el agua de las heces, para que no las seque y endurezca en exceso. Por eso, algunos pediatras recomiendan rebajar los biberones un poco, poniendo 35 ml de agua en vez de 30 por cada medida rasa de leche. Con lactancia materna, si se les deja mamar libremente es muy raro que queden justos de agua, porque ellos mismos deciden cuánta necesitan, pasando a la más líquida leche inicial del segundo pecho cuando lo desean.

Sin embargo, aunque con lactancia artificial es normal que las deposiciones sean menos frecuentes, también es cierto que a veces se hacen realmente duras por más que se cuide de incrementar el aporte de líquidos. La grasa de la leche para bebés forma con el calcio unos complejos llamados "jabones cálcicos" que las endurecen, y ese es quizá el inconveniente más inmediato y objetivo de la lactancia artificial. Algunos laboratorios han introducido modificaciones en la naturaleza y proporción de las grasas, lanzando leches "anti-estreñimiento" que tratan de obviar este problema.

La alergia a la proteína de la leche de vaca, cuya manifestación digestiva más habitual es la diarrea, en alguna ocasión da lugar a estreñimiento; de ahí que el pediatra también pueda decidir una prueba con leches especiales exentas de esa proteína.

Pero el recurso más popular es el jugo de naranja. Su uso entra en contradicción con el principio según el cual los niños no deben tomar nada distinto de leche antes del cuarto mes de vida, pero tampoco parece que les cause problemas. Su mecanismo de acción tampoco es muy fisiológico, pues probablemente laxa al bebé por un efecto irritante, y sería más aconsejable administrarlo con la pulpa, como hacen en otros países con la ciruela.

sábado, 9 de mayo de 2009

NOMBRES PARA BEBÉ: LETRA D



DAGOBERTO Germano El que lleva la espada
DÁMASO Griego El que doma
DAMIÁN Griego Popular
DANA Hebreo Justicia
DANIEL Hebreo Dios es juez
DARÍO Persa Preservador
DAVID Hebreo Amado
DÉBORA
DÉBORAH Hebreo Abeja, industriosa.
DELFINA Griego Fraternal
DELIA Griego Casta
DELMIRO Germano De nobleza insigne
DEMETRIO Griego Sagrado para la tierra
DENIS Consagrado a Dionisio o Baco, Dios del vino
DEODORO Griego Presente divino
DERIFA Árabe Graciosa
DIANA Latino
Hebreo Diosa de la Luna
Juicio
DIEGO Hebreo Suplantador
DINA Hebreo Vengada
DIÓGENES Griego Nacido de Dios
DIONISIO Griego Que pertenece a Dionisos (Baco)
DOLORES Latino Pesares
DOMINGO, DOMINICO Latino Hijo del Señor
DONATO Latino Regalo de Dios
DORA Griego Regalo de Dios
DOROTEA Griego Presente de los Dioses
DULCINEA Latino Dulce

lunes, 4 de mayo de 2009

100 CONSEJOS PARA EL BIENESTAR DE TU BEBE, PARTE 1



1.- Lo mejor es la lactancia materna
Pediatras y nutricionistas afirman que la lactancia materna refuerza el sistema inmunológico del niño, premisa recomendada también por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

2.- Su" estómago" es muy pequeño
Por lo que la cantidad de leche que le cabe es pequeña y los intervalos entre las tomas deben ser cortos.

3.- No se preocupes si regurgita
Ya que la razón suele ser que por no saber alimentarse bien degluten mucho aire que al expulsarlo terminan "arrastrando " la leche.

4.- Si "bota" leche muy a menudo
Debes incorporarle lo más posible al alimentarle y elevar la parte superior de su colchón unos centímetros. Si sube bien de peso, no hay problemas

5.- Cuando vuelva a trabajar
Si quiere continuar amamantando a su hijo, puede extraer la leche con un sacaleches y conservarla. Recuerde que se mantiene unas diez horas al aire libre, dos días en el refrigerador y dos semanas en el congelador del refrigerador

6.- Mientras amamanta a tu hijo
No consuma espárragos, alcachofas, coles o repollo, porque el bebé puede encontrar amarga la leche y rechazarla. Si ello le sucede vacíe el pecho y ponga al bebé a mamar un par de horas después.

7.- Se duerme durante la toma
Probablemente no tenga mucha hambre o aún está medio dormido. Despiértelo bien antes de la toma, por ejemplo cambiándole el pañal.

8.- A veces mama mal
Porque respira mal, al tener su nariz aplastada contra el pecho. Si es preciso, límpiale la nariz con suero.

9.- Al darle el Pecho o el biberón
Es el mejor momento para hablarle. Piense que el sonido de su voz le calmará y estará más tranquilo.

10.- Antes de acostarse
Si hace frío, calentar antes las sabanas. La temperatura ambiental debe ser de 18 a 22 grados.

11.- No hace falta pesarle muy seguido
Si el bebé está contento y tiene la piel sonrosado quiere decir que está bien alimentado y no debe preocuparse.

12.- Usar siempre la mismo balanza
De eso se encargara su pediatra, UD no deberá pesarlo.

13.- Jabón especial para su ropita
Para lavar sus prendas utiliza jabones especiales para ropa de bebé, a fin de no dañar su piel.

14.- Enjuagar muy bien la ropa de su hijo
Para que no queden restos de detergente en su ropa

15.- Elige tejidos naturales
El algodón, el lino o la lana favorecen la transpiración, no acumulan energía electrostática y evitan alergias.

16.- El baño ¡todo un placer!
A la mayoría de los bebés les encanta el rito diario del baño. Sujétele firmemente con una mano para evitar cualquier susto. Con la otra lávale suavemente con una esponja de fibras naturales.

17.- La temperatura del agua
No debe ser inferior a 36º C y la de la habitación a 20º - 23º. Esto es importante, sobre todo durante los primeros meses porque su sistema de termorregulación es todavía inmaduro.

18.- No le ponga colonia
Ya que puede resecarle la piel. Use un jabón especial, aplíquele talco en las axilas y el cuello. Si tiene descamaciones en la piel, puede ponerle aceite corporal.

19.- Cámbiale a menudo
Conviene cambiarle con frecuencia para evitar el calor húmedo del pipí.

20.- Antes de ponerle un pañal
Límpiele con suavidad y ponle un poco de crema hidratante para evitar irritaciones.

viernes, 1 de mayo de 2009

LACTANCIA E INFLUENZA PORCINA



¿Puede aun mi bebé tomar la leche materna?

Sí, es importante que su bebé continúe tomando su leche materna.

Influenza no está transmitida por leche materna. Lávese las manos y lleve una máscara que cubre su nariz y boca antes de destapar los senos y mientras que está amamantando a su bebé.

Siempre debería lavarse las manos antes y después de amamantar a su bebé.

Amamantar protege el bebé de la gripe porcina

A muchas madres les asalta la duda de que si tienen la gripe porcina, influenza, pueden amamantar a su bebé. Es muy normal que muchas mamás acudan al pediatra dudando si al padecer alguna enfermedad infecciosa viral como la gripe, o bacteriana como la amigdalitis, si se debe interrumpir la lactancia mientras se esté con esta enfermedad. La respuesta en todos los casos es clara: se debe continuar amamantando normalmente al bebé.


Dar el pecho protege al bebé de la gripe porcina

¿Por qué debo seguir amamantando por más que sospeche que tengo la influenza?

Al amamantar a tu bebé, la leche le transmite defensas contra los agentes causantes de la infección, de manera que si se contagia de la gripe porcina esta lo afectará muy levemente, aunque lo más probable es que no contraiga la enfermedad.

Aparte de eso, la gripe porcina generalmente se contagia antes de que aparezcan los primeros síntomas y en esta etapa ya es muy tarde para prevenir el probable contagio al bebé. Al interrumpir la lactancia en esas circunstancias, el bebé estará expuesto a la enfermedad, sin las defensas que necesita para combatirla.




fuente: hospital de la mujer carolina del norte/aventuras de eduardo

jueves, 30 de abril de 2009

INFLUENZA PORCINA EN BEBES




Estos días en los medios de comunicación no se habla de otra cosa que no sea la propagación del virus de la influenza porcina. Aunque están adoptando medidas drásticas para evitar males mayores, lo cierto es que el virus se propaga en México, hay casos confirmados en EUA, Canadá y España, y algunos casos sospechosos en Chile, Nueva Zelanda, Francia, e Israel.

¿Qué es la influenza porcina?

Es una enfermedad viral aguda y extremadamente contagiosa, causada por el virus de la influenza tipo A. Los virus se dispersan cuando el enfermo tose, estornuda o habla. Puede afectar a todas las edades, y causar complicaciones graves e incluso la muerte más frecuentemente en bebés, niños y ancianos.

Síntomas de la gripe porcina

No es lo mismo el resfriado común que la influenza, aunque ambas sean enfermedades respiratorias agudas. Los síntomas de la influenza son:

- Fiebre repentina superior a 39ºC
- Dolor de cabeza fuerte e intensa
- Dolores musculares y de articulaciones
- Tos frecuente e intensa
- Ardor y/o dolor de garganta
- Irritación de los ojos y congestión nasal
- Cansancio, nauseas y vómitos
- Falta de apetito y diarrea

Muchos se preguntarán que estos síntomas pueden ser los mismos que los de un resfriado común. ¿Cómo diferenciarlos? Pues en "Vacunas para tus hijos", un sitio web de México, encontré un cuadro que presenta las principales diferencias clínicas entre la influenza y el resfriado:




Si tu hijo presenta estos síntomas, no lo mediques ni se alarme. En el caso de que el niño presenta fiebre, acuda a la consulta médica. Sólo el médico podrá dar un diagnóstico preciso.

Vilma Medina. Editora de GuiaInfantil.com

domingo, 26 de abril de 2009

ABRAZAR A LOS BEBES PREMATUROS LOS FORTALECE



Alzar y mantener cerca de la piel de la madre a los bebés muy prematuros puede ayudarlos a recuperarse más rápidamente del dolor causado por las inyecciones y otros procedimientos médicos, informaron investigadores canadienses.

Los bebés sostenidos cerca de la piel de sus mamás en una posición "de cuidado materno tipo canguro" se retorcieron y se quejaron menos que los niños envueltos en sábanas, revelaron los expertos.

"El contacto piel con piel con la madre, denominado cuidado materno tipo canguro, demostró ser eficaz a la hora de reducir el dolor en tres estudios previos", indicó el equipo de Celeste Johnston, de la Escuela de Enfermería de la McGill University en Montreal, en la revista BioMed Central Pediatrics.

Pero esas investigaciones incluyeron a bebés mayores. Johnston y sus colegas evaluaron a 61 bebés prematuros nacidos entre las 28 y las 31 semanas de gestación.

Estos prematuros suelen pasar semanas en unidades neonatales de cuidados intensivos y sufrir dolores debido a diversos procedimientos médicos que se les realizan. Según los autores, para los padres y los enfermeros esa es una de las cosas más angustiantes de esa terapia intensiva.

El equipo de Johnston asignó a la mitad de los recién nacidos que participaron del estudio a un "cuidado materno tipo canguro" y al resto al tratamiento habitual en incubadora.

"En el sistema experimental, el bebé fue sostenido con cuidado materno tipo canguro durante 15 minutos antes y mientras se pinchaban sus talones", escribieron los autores.

Los investigadores midieron las respuestas de los bebés usando el Perfil de Dolor de los Bebés Prematuros, que evalúa las muecas de dolor, las pulsaciones y los niveles de saturación de oxígeno en sangre.

"La respuesta de dolor de los neonatos muy prematuros parece disminuir con el contacto piel con piel" con sus mamás, señaló Johnston en un comunicado.

El estudio mostró que los bebés abrazados se habían recuperado del dolor en alrededor de un minuto y medio, mientras que los niños en incubadora aún estaban sufriendo tres minutos después del procedimiento.

Esta demora podría hacer una diferencia importante en la salud de los bebés muy prematuros, finalizaron los expertos.

viernes, 3 de abril de 2009

QUE PRECAUCIONES DEBES TOMAR AL BAÑAR A TU BEBÈ



Debes tener en cuenta lo siguientes consejos para evitar que tu bebé se enferme o se lastime:

• La temperatura
La temperatura ambiente debe ser de 22 a 25 grados centígrados y no debe haber corrientes de aire.

• El lugar del baño
El lugar del baño debe estar en condiciones de higiene óptimas y a la altura adecuada para poder sujetar con comodidad al bebé.

• Las canillas
Las canillas o cualquier otro relieve no deben ser un peligro de golpe. Existen en el mercado protectores de canillas para tal fin.

• El tapón
El tapón de desagüe no debe tener bordes cortantes ni metálicos.

¿Cómo debo higienizar cada parte de su cuerpo?
Cada parte del cuerpito del bebé debe ser higienizada correctamente utilizando jabones especiales o agua hervida y enfriada o solución fisiológica. A continuación te explicaremos cómo debes hacerlo con cada una de ellas:

• El cuerpo
Enjabónale todo el cuerpo, pasándole la esponja de arriba hacia abajo. Comienza por el cuello y continúa por el pecho, la pancita, los brazos, la colita y las piernas prestando atención a la zona de los pliegues de la piel. Luego puedes darlo vuelta y lavarle la espalda teniendo cuidado de no mojar su carita ya que seguramente no le gustará.

• La cabeza
Al principio puedes lavarle la cabeza con el mismo jabón del cuerpito teniendo cuidado de que el jabón no entre en sus ojos, pero luego puedes lavársela una vez por semana con un champú especial, suave y de pH neutro, que no provoque irritación si accidentalmente entra en sus ojos.

• La cara
La carita del bebé debe ser lavada únicamente con agua hervida y enfriada. Nunca utilices jabones. Utiliza un algodón humedecido o una gasa pasándosela suavemente por la frente, las mejillas y otra por los pliegues del cuello para quitar la suciedad acumulada a causa del sudor.

• Los ojos
Los ojos del bebé se pueden limpiar con un algodón muy suave, humedecido en agua hervida y enfriada o suero fisiológico, usando uno para cada ojo. Límpiale el borde de los párpados, desde el ángulo interno hasta el ángulo exterior, quitándole las secreciones.

• La nariz
La nariz y los oídos no deben ser lavados, ya que poseen un sistema propio y natural de limpieza. Únicamente si la nariz se encuentra congestionada puedes utilizar un aspirador nasal. Sí puedes higienizar la parte externa de las orejas y el borde de los orificios de la nariz con una algodón humedecido en agua hervida enfriada o solución fisiológica.

• Las uñas
En cuanto a las uñas se deben recortar sólo cuando el bebé duerme, con tijeras especiales de punta roma que se venden en las farmacias.

• Los genitales
Los genitales en las bebas se deben limpiar sólo en la parte externa de los labios con un algodón, de adelante hacia atrás. Nunca intentes limpiar el interior de la vulva. En los bebés nunca trates de retraer el prepucio ya que puedes lesionarlo y es otra zona que se limpia naturalmente. Siempre utiliza un algodón o una gasa humedecida en agua hervida y enfriada o solución fisiológica.

¿Qué debo hacer si a mi bebé no le gusta el baño?
Algunos bebés no disfrutan para nada de sus primeros baños, gritan y lloran sin parar todo el tiempo que están sumergidos en el agua. No te preocupes, no es fundamental el baño de inmersión, puedes higienizarlo con apósitos especiales en las zonas vitales y volverlo a intentar en un par de semanas, cuando él ya se haya olvidado de la bañera.

miércoles, 25 de marzo de 2009

CÓMO DAR EL PECHO AL BEBÉ



Cuanto más se vacía el pecho, más leche producirá...

El principal estímulo que induce la producción de la leche es la succión del bebé, por lo tanto, cuantas más veces se agarra el bebé al pecho de la madre y cuanto mejor se vacía éste, más leche se produce. La cantidad se ajusta a lo que el niño toma y a las veces que vacía el pecho al día. La calidad también varía con las necesidades del niño a lo largo del tiempo.

Durante los primeros días, la leche es más amarillenta (calostro) y contiene mayor cantidad de proteínas y sustancias antiinfecciosas; posteriormente aparece la leche madura. Su aspecto puede parecer "aguado" sobre todo al principio de la toma ya que es hacia el final de la misma cuando va aumentando su contenido en grasa. Sin embargo, no existe la leche materna de baja calidad; ésta siempre es adecuada al bebé y es todo cuanto necesita.

Es importante, sobre todo al principio, que no se ofrezcan al niño biberones. Un biberón no se "chupa" de la misma forma que el pecho por lo que el recién nacido puede "confundirse" y posteriormente agarrar el pecho con menos eficacia.

Además, esto puede ser la causa de problemas tales como grietas en el pezón, mastitis y falta de leche a la larga. Tampoco es recomendable utilizar pezoneras.

Las grietas surgen porque el niño se agarra mal al pecho, así que lo importante es corregir la postura (pide ayuda a tu pediatra, enfermera de pediatría o experta en lactancia.) El uso de pezoneras acorta la duración de la lactancia y además la hace muy incómoda.

¿Y la cantidad de tomas?

El tiempo que cada bebé necesita para completar una toma es diferente para cada bebé y cada madre y también varía según la edad del bebé y de una toma a otra. Además, la composición de la leche no es igual al principio y al final de la toma, ni en los primeros días de vida o cuando el bebé tiene 6 meses. La leche del principio es más aguada pero contiene la mayor parte de las proteínas y azúcares; la leche del final de la toma es menos abundante pero tiene más calorías (el contenido en grasa y vitaminas es mayor. Tanto el número de tomas que el niño realiza al día, como el tiempo que invierte en cada una, es muy variable por tanto y no hay que establecer reglas fijas. Es mejor ofrecer el pecho "a demanda". Un niño puede desear mamar a los 15 minutos de haber realizado una toma o por el contrario tardar más de 4 horas en pedir la siguiente, aunque al principio, durante los primeros 15 ó 20 días de vida, es conveniente intentar que el niño haga al menos unas 8 tomas en 24 horas.

Tampoco es aconsejable que la madre o quienes la acompañan limiten la duración de cada toma, el bebé es el único que sabe cuándo se ha quedado satisfecho y para ello es importante que haya tomado la leche del final de la toma. Lo ideal es que la toma dure hasta que sea el niño quien se suelte espontáneamente del pecho.

Algunos niños obtienen cuanto necesitan de un solo pecho y otros toman de ambos. En este último caso, es posible que el niño no vacíe completamente el último, por lo que la toma siguiente deberá iniciarse en éste. Lo importante no es que el niño mame de los dos pechos sino que se vacíe completa y alternativamente cada uno de ellos, para evitar que el acumulo de leche pueda ocasionar el desarrollo de una mastitis y para que el cuerpo de la madre acople la producción de leche a las necesidades de su hijo. Por ello, se recomienda permitir al niño terminar con un pecho antes de ofrecer el otro.

jueves, 19 de marzo de 2009

LA LECHE MATERNA



La leche materna es el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No solo por su composición sino también por el vínculo afectivo que se establece entre la madre y su bebé durante el acto de amamantar. En razón de que contiene todo lo que el niño necesita durante sus primeros meses de vida, la leche materna protege el bebé frente a muchas enfermedades tales como catarro, neumonía, diarreas, otitis, infecciones de orina, e incluso otras futuras como asma, alergias, obesidad, etc. Favorece también a la madre. Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente, y difícilmente padecerán de anemia o de hipertensión y depresión posparto.

Añadiendo aún más ventajas, se puede decir que la leche materna es un alimento ecológico. No se fabrica, no se envasa ni se transporta, evitando así el gasto de energía y la contaminación del medio ambiente. Para la familia es un gran ahorro. La leche materna no constituye un gasto económico.

Por todas estas razones y de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Academia Americana de Pediatría (AAP), el Comité de Lactancia de la Asociación Española de Pediatría recomienda la alimentación exclusiva al pecho durante los primeros 6 meses de la vida del niño y continuar el amamantamiento junto con las comidas complementarias adecuadas hasta los 2 años de edad o más."


Dar el pecho

Cuanto antes mejor. Es importante que al niño se le ofrezca el pecho en la primera media hora tras el parto. Después de la primer ahora, el recién nacido suele quedar adormecido unas horas. Durante este tiempo, es recomendable que el bebé se quede junto a su mamá para que se estimule el contacto piel con piel entre ambos. Así, puede ofrecerse el pecho tan pronto como se observe que el niño está dispuesto a mamar, y no solamente cuando llore. El llanto es un signo tardío de hambre.

No se debe olvidar de que el recién nacido sano no necesita más líquidos que los que obtiene de la leche de su madre, no es necesario ni recomendable ofrecer agua ni soluciones de suero glucosado. Antes de darle "suplementos" o cualquier alimento distinto de la leche materna es conveniente consultar con el pediatra.

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