jueves, 13 de agosto de 2009

LOS GASES EN LOS BEBES



Durante los primeros meses de vida, casi todos los bebés sufren gases. Es uno de sus peores males. Los nervios hacen que aumenten, sobre todo cuando se alimentan, esto hace que sufran un episodio de llantos de hasta dos horas de duración.

Si nuestro bebé sufre exceso de gases, necesitamos conocer la causa, para ello debemos visitar al especialista. Hay modos de prevención para aliviar los gases del bebé. En las tomas es normal que trague aire, pero debemos procurar que sea el menos posible, para ello debemos darle el pecho o biberón tranquilamente, sin nervios y si no quiere, no forzarle.

Si toma biberón debemos procurar mantener el recipiente en posición vertical para que no entre aire en la tetina. Si toma el pecho, hay que asegurarse de que la tetina tenga el agujero del tamaño adecuado. Si fuera demasiado grande, saldría demasiada leche y el bebé podría atragantarse, y si es demasiado pequeña, tendrá que esforzarse más al succionar y tragará más aire.

Una vez que nuestro bebé ha terminado la toma, conviene que eructe y le debemos ayudar, pero hay que tener en cuenta, que si el bebé es propenso a los gases, debemos provocar el eructo en mitad de la toma y al finalizar.

A veces el eructo tarda en salir, pero no hay que insistir, en ocasiones no es necesario. Las mejores posturas para ayudar a nuestro bebé a eructar son: tumbado el bebé boca abajo, sobre nuestras piernas proporcionándoles suaves golpes en la espalda. También es efectivo sentarlo encima de nuestras piernas, ligeramente inclinado hacia delante, sujetándolo por su tórax y cuello con una mano y frotándole la espalda con la otra. También se le pueden dar ligeras palmaditas.

La manera más común de hacerlo es en brazos, apoyando al bebé sobre nuestro pecho, en posición vertical y su cabeza a la altura de nuestro hombro. Con unas suaves palmaditas en la espalda, el eructo saldrá.

En el caso de que nuestro bebé sufra gases, debemos intentar calmarle el dolor, ya que no existe medicamento que le podamos proporcionar, debemos utilizar estos remedios: unos masajes circulares en la tripa con las dos manos, en el sentido de las agujas del reloj y sin el pañal.

Cogerlo en brazos boca abajo con una mano en su tripa para darle calor y balancearlo despacito. Los movimientos rítmicos le aliviarán. En ocasiones funcionan algunas hierbas suaves en infusión, pero esto debemos consultarlo con el pediatra.

Mucha paciencia y no ponerse nervioso es lo primordial, nuestro bebé está sufriendo, pero somos nosotros los que tenemos que procurar calmarlo y conseguir su bienestar.

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