EL ABORTO ESPONTÁNEO, parte II

Consejos para evitar un aborto espontáneo

Aunque no exista un remedio milagroso, sí se pueden minimizar los riesgos de un aborto espontáneo. Normalmente, la madre que espera un bebé suele preocuparse en exceso por lo que pueda ocurrir durante el embarazo. Los estudios demuestran que, afortunadamente, es poco posible que algo malo suceda y, además, las que tienen mejores embarazos y partos más felices, son las mujeres que han vivido ese periodo de la forma más relajada y tranquila.

De todos es sabido que una mujer encinta no puede llevar un ritmo de vida desenfrenado. Tiene que ser consciente de que lleva una vida dentro de si y debe evitar, a toda costa, aquellos malos hábitos que puedan perjudicar al feto.

• Hay que disminuir, o abandonar por completo, el consumo de tabaco. Es una evidencia médica que las fumadoras se exponen a un parto prematuro y que, además, dan a luz a bebés más pequeños. Por los mismos motivos, hay que evitar los ambientes llenos de humo.

• Llevar una vida sana: respirar correctamente, alimentarse de forma natural...

• Mucho reposo. Hay que abandonar toda actividad deportiva intensa y optar por ejercicios más razonables, como la natación o el yoga.

• Evitar el estrés ya que, entre otras cosas, puede provocar contracciones en el útero. Se recomienda dormir mucho y reposar aún más. La progesterona que se libera al comienzo de todo embarazo suele provocar sueño en la mayoría.

• No tomar ningún medicamento sin consejo médico.

• Ser especialmente cautelosa con la higiene personal y evitar las enfermedades de transmisión sexual.

Las pérdidas

Es la principal señal de alerta para detectar un aborto espontáneo. Sangrar es siempre la manifestación de un problema, aunque no hay que alarmarse por la pérdida de algunas gotas ya que esto también puede suceder durante un embarazo de los considerados normales. Lo mejor, en todo caso, es hacerse examinar por el ginecólogo. Sin embargo, si se sangra de forma ininterrumpida no hay que dudar ni un instante y lo mejor es dirigirse, lo antes posible, a la sala de urgencias del hospital más próximo. Una ecografía permitirá, de manera efectiva, determinar si el desarrollo del feto se produce de forma satisfactoria, así como que no nos encontramos ante un embarazo extrauterino. Lo normal es que se recomiende a la futura madre que descanse lo más posible. Las pérdidas son, por lo general, una invitación al reposo...

El dolor

El dolor no es, normalmente, una señal que nos revele que nos encontramos ante un aborto espontáneo, ya que suele acompañar, con frecuencia, a las transformaciones del útero en su preparación natural para acoger al feto. Sin embargo, si los dolores pélvicos aparecen bajo la forma de cólico uterino, sí podemos hallarnos ante un aborto espontáneo. Por tanto, si al dolor no le acompaña una notoria pérdida de sangre, no hay ninguna necesidad de acudir al hospital. Desgraciadamente, es poco lo que los médicos pueden hacer para evitar un aborto espontáneo y, además, es raro que quieran llevar a término un feto patológico.

Sólo es causa de urgencia hospitalaria, por tanto, el aborto espontáneo hemorrágico en el que se sangra incesantemente. Este último necesitará una cura hemostática. Si la madre pierde sangre en cantidad apreciable debe dirigirse a un hospital. Una ecografía permitirá al facultativo verificar qué es lo que no va bien.